Las predicciones meteorológicas se cumplieron, y la lluvia hizo acto de presencia en la tarde de ayer en forma de tormenta, registrándose 11,2 L/m2, con una intensidad de 96,8 L/h y algo de granizo (información de @ArahalMeteo). El cortejo de La Borriquita, se vió sorprendido en la calle Vera Cruz. Hoy, los distintos medios se hacen eco de lo ocurrio. A continuación, reproducimos las crónicas escritas de Carmen González (Arahal Información) y el Gabinete de Prensa del Ayuntamiento (Arahal.es), además del reportaje gráfico de Francisco José Granado Humanes (patero35).
Reproducimos este vídeo que el usuario de Youtube Ruben Rodríguez
González grabó con un teléfono móvil en el momento en que comenzó la
lluvia.
ARAHAL INFORMACIÓN
DOMINGO DE RAMOS, DOMINGO DE LLUVIAS
C.G. Las prediciones fueron certeras. A las siete de la tarde llueve y
llovió. Una tormenta que duró una media hora. Los costaleros llevaron el
paso de La Borriquita en volandas, en una sola chicotá
recorrieron tres calles, desde la Veracruz hasta el mismo templo de
San Roque. Hoy se evaluarán los daños.
El paso daba pena porque la tormenta que descargó en Arahal el
Domingo de Ramos fue como un milagro. Eso decía la gente: "Vamos a tener
que sacar este paso cada domingo a ver si así llueve, que
falta nos hace", decían. Sí, hace mucha falta el agua pero poca
gente está dispuesta en Arahal que le estropeen su día de estrenos.
Estrenan ropa, estrenan pasos, estrenan hasta la primavera que
no se inaugura en la fecha del solsticio sino el Domingo de Ramos.
Quienes no pueden soportar perderse la Semana Santade Sevilla, pero
son fieles a la Borriquita, llevaban la radio en el oido. Y poco después
de salir el paso, ya por la calle Sevilla, comentaban:
"En la capital está cayendo una buena tormenta, esa viene de
camino". Efectivamente, las Hermandades de La Paz, La Hiniesta, La Cena y
Jesús Despojado no habian salido y todas las informaciones
apuntaban a que la lluvia estaba retrasando la salida del resto de
confradías.
Pero aquí la Hermandad del Santo Entierro no se podía arrugar y
dejar su paso en el templo, los hermanos más mayores y también los que
forman el Grupo Joven, no querían ver la desilusión en las
caras de los niños y niñas porque de ellos es el paso. Y salieron.
No fueron muy incautos porque ajustaron el recorrido a las funestas
predicciones metereológicas, acortándolo en varias calles,
desde la calle Sevilla, Juan Pérez, San Roque, Felipe Ramírez y
Corredera, dejando a un lado el recorrido que sigue por la calle Doctor
Gamero.
Descargó sin avisar
Pero aún así, las nubes no quisieron esperar y, cuando el Cristo iba
entrando en la calle Veracruz, anunciado por las campanas del pequeño
templo del mismo nombre, la lluvia descargó casi sin
avisar, sin dar tregua. Fue entonces cuando los costaleros se
convirtieron en los protagonistas y quién vio el paso entrando en esta
calle lo vio enfilando varias más allá, la calle Sevilla, a
poco del templo que resguarda las imágenes durante todo el año.
La dos palabras más pronunciadas durante la tarde fueron: ¡Qué pena!
Pena de las imágenes, pena de los niños que fueron rescatados por sus
padres, pena de los nazarenos a los que el agua les caló
casi hasta el pelo y pena de que el único Domingo de Ramos que hay
al año no luciera con un sol que casi nunca es esquivo con su gente y
con su tierra. Y también pena de esos costaleros que no
pudieron difrutar de unas chicotas pausadas, al toque de la
Agrupación Musical de Nuestra Señora de la Victoria, sin prisas hasta el
final. Llegaron sin fuerzas, sin aliento, pero fueron los que
hicieron posible que Arahal no se quedara sin su Domingo de Ramos.
Dios se lo pague.
Amenazaba lluvia la tarde y aún así los responsables de la hermandad decidieron salir y recortar el recorrido lo necesario que fuera para que la hermandad cumpliera con su cita del Domingo de Ramos en Arahal. Por su parte, la ciuadadanía también cumplia su papel y con su "ropa de estreno" aguardaba el paso del cortejo para así disfrutar de la primera en la calle y cumplir con la tradición.
Cuando el Paso de la Entrada de Jesús en Jerusalen pasaba a la altura de la fachada del Ayuntamiento e iniciaba el giro hacia la calle Veracruz, dos fuertes truenos vinieron a avisar de la que se avecinaba. Un fuerte aguacero, de esos de Abril de toda la vida, hizo acto de presencia y consiguió deslucir de un sólo golpe lo que tanto esperaban las gentes en las calles.
A partir de ahí, carreras para guarecerse, paraguas de los más precabidos y los costaleros de San Roque que iniciaron y terminaron de una sóla chicotá el rápido regreso del misterio hasta su templo, acompañados por mucha gente que soportó la fuerte llluvia hasta devolverlo a su casa.
Esta podría ser la crónica de un Domingo de Ramos que pudo ser y no fue. Que quedó para la memoria de los más cofrades en ese anecdotario de posteriores tertulias y discusiones sobre si debieron salir o no. Memoria para los bares, heladerías y demás comercio que espera estas fechas para ver si recuperan algo de lo perdido en esta crisis y que el agua, -que tanta falta hace por cierto-, les hizo la "puñeta" en uno de los mejores día del año para la caja registradora.
Aún queda toda la Semana Santa por delante, y la meteorología "juguetona" de Abril sigue dispuesta a mantener en vilo a todas y todos aquellos que pretenden disfrutar en las calles de nuestra Semana Mayor. Esperemos mejor suerte para Miércoles, Jueves y Viernes. Y en la mente del creyente una frase: "...será lo que Dios quiera!".
2 comentarios:
Buen trabajo recopilatorio.
Ja,ja, ja... está la cosa mala...
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